Regreso al mar que recoge mis lágrimas
y me las devuelve con cada nueva ola que acaricia mi cuerpo. El
embrujo se ha acabado, sin embargo, yo no quiero nada más que estar
junto a él, a pesar de que me haya apartado de su lado de forma tan
dolorosa.
Últimamente él había estado extraño
y distante. Temerosa le pedí una explicación y me gritó como
respuesta aquellas palabras que me obligaban a regresar.