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sábado, 2 de noviembre de 2013

Alguien está llamando.

Se despertó por culpa de un fuerte golpe. "Alguien está llamando a la puerta."- pensó malhumorada. ¿A quién se le ocurría llamar a las tres de la mañana? Así que decidió no abrir.
Tumbada en la cama volvió a oír cómo tocaban a la puerta, ésta vez la de su cuarto. Apenas pudo reprimir un grito de puro terror. Esperó. Al no escuchar ningún otro golpe decidió levantarse de la cama y, con una confianza que en aquellos momentos no poseía, abrió la puerta.
Nadie, no había nadie. En el pomo de la puerta se encontraba la pulsera que su madre le regaló y esa misma mañana había perdido.
Con las manos temblorosas se la puso en la muñeca.
-Te echo de menos, mamá.
Una suave y fría caricia en su rostro fue su respuesta.

1 comentario:

  1. Me puso los pelos de punta y
    no de miedo... de emoción. Eres grande. Me quedaron ganas de más.

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