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jueves, 21 de marzo de 2013

Sin remitente

"Todo comenzó el día que al abrir el buzón, encontré una carta sin remitente en la que ponía mi nombre y contenía algo en su interior que no era solo papel.

Subí con rapidez las escaleras hasta la puerta de mi piso, deseando llegar y abrir la carta. Solté el abrigo y las bolsas de la compra que traía, para poder buscar un abrecartas, pero al no encontrarlo, la abrí con mis manos desnudas. Dentro había una cadena de plata con un hermoso medallón, que a pesar de que lo intenté con fuerza, no pude abrir.

Intrigada por no saber quién podría haberme enviado tal cosa, di unos cuantos pasos en la habitación, hasta que finalmente decidí ponérmelo. Cogí el sobre y descubrí justo antes de tirarla que había una diminuta nota en su interior, escrita a máquina, en la que ponía: “Sólo tres deseos, pide con cuidado.” La nota me dejó aún más pensativa. Pero pronto descarté la idea de que eso fuera cierto. Pensé: ¿Deseos hechos realidad? Un cuento muy viejo.
Ojalá simplemente me lo hubiera quitado y vendido, en vez de conservarlo. Pero, quieras o no, la curiosidad por comprobar con mis propios ojos la veracidad de la nota, hizo que decidiera quedármelo. Mas ya sabéis que como dice el dicho: la curiosidad mató al gato.

Pasaron los días, y casi olvidé por completo el tema de los deseos y el colgante, centrándome en mi trabajo, que consistía en ensayar arduamente como actriz secundaria en un musical que en unos meses se representaría. Sin contar con la gente que allí conocía, yo era una chica muy solitaria. Podía ser simpática si me lo propusiera, pero aun a mis veintitrés años, no había vivido ninguna historia de amor como las que uno ve en películas o libros. Y no era porque no lo deseara, pero no encontraba a la persona ideal.
Quizá fue esto lo que finalmente me hizo que pidiera mi primer deseo.
Sentada una noche en mi cama, justo antes de dormirme, agarré entre mis manos el colgante, cerré mis ojos y murmuré: deseo una historia de amor de película.
Sintiéndome un tanto ridícula, dejé que el sueño me venciera y caí dormida.

No ocurrió nada durante un tiempo y he de añadir que me sentí un poco decepcionada. Hasta que justo tres semanas después, un encuentro fortuito trajo a mi vida a Eric. Ambos íbamos caminando distraídos por el parque cuando chocamos y sí, como en las películas, todos los papeles que llevaba cayeron al suelo. Él amablemente y pidiendo disculpas me ayudó a recogerlos. Caminamos un rato juntos por el parque, hablando tranquilamente, conociéndonos un poco. Eric trabajaba de portero en una discoteca cercana, tenía unos hermosos ojos azules y el pelo corto, negro. Lo admito, me gustó mucho. Y me gustó aún más cuando me propuso que quedáramos al día siguiente, que quería conocerme más, y claro, yo acepté de inmediato a pesar de que tendría que cambiar un par de cosas en mi agenda para poder hacerlo, pero no me importó.

Así pasaron los días, que se convirtieron en semanas y meses. Estar juntos era tan natural, reíamos y compartíamos recuerdos, conociéndonos, queriéndonos cada vez más.

Yo era muy feliz, ya que finalmente había encontrado a la persona adecuada. No pensé que este era uno de los tres deseos que el medallón me había concedido, sino como el destino. Sin embargo, en mi subconsciente, seguía dándole vueltas a que me quedaban dos deseos más.

Meses de citas y ensayos pasaron, y llegó la semana en la que sería representado el musical. Los nervios me hacían parecer torpe y novata, que lo era, ya que nunca había actuado ni cantado delante de tantos espectadores. Por ello, sabiendo que no perdía nada por intentarlo, pedí el segundo deseo: la fama. ¿Por qué pedí tal cosa? Pues bien, yo siempre, desde pequeña, había querido ser alguien importante, alguien de quien todo el mundo hablara, de poder hacer algo que le gustara a todos. Y cuando descubrí que me encantaba cantar y se me daba bien, centré mis estudios en ello, pero hasta ahora nunca había tenido la oportunidad de demostrar todo esto. Por ello, por mi inseguridad, formulé ese deseo.

Cuando llegué tres horas antes de que el musical comenzara, el director corrió hacia mí.

-Beth, va a ser tu oportunidad de brillar esta noche. Clara no va a poder actuar, ayer sufrió un accidente y está hospitalizada.-casi me gritó, histérico.-Por favor, dime que lo harás, no puedo cancelar todas las entradas en tan poco tiempo.

Clara era la protagonista del musical y yo, a parte de mi papel de actriz secundaria, había sido elegida como su sustituta.

-Por supuesto que lo haré, no te preocupes, no te fallaré.-le prometí, deseando poder gritar de emoción. Mi sueño iba a cumplirse esa misma noche.

Añadiendo unas palabras de agradecimiento, el ajetreado director se alejó, dando órdenes conforme se encontraba a gente a su alrededor.

Inquieta y nerviosa, fui a por el guión, que a pesar de que me lo sabía de principio a fin, necesitaba leerlo y creerme que iba a representar el papel principal.

Y ahí fue cuando recordé mi deseo, y pensé que no podía ser una segunda casualidad, que el accidente de Clara era por mi culpa, por culpa de mi deseo. Preocupada, pregunté a uno de los actores si su accidente había sido muy grave, y me dieron a conocer que se encontraba en coma.

Me mareé, pero recobré la compostura, tratando de esconder mi angustia. Me recordé a mí misma que no debía entrar en pánico, que en poco tiempo tendría que salir al escenario.

Con esa resolución en mente, me dirigí al camarote, donde debía de prepararme.

El musical fue un total éxito. Varios periódicos le dedicaron su portada, en la que había una foto mía cantando.

Y así fue como la fama vino a mí. Me ofrecieron una gran cantidad de trabajos, y una buena suma de dinero ofertada. Realicé varias actuaciones más, y con ello logré obtener fans y seguidores.

Pero no todo era de color de rosa. Conforme yo escalaba puestos en el mundo del espectáculo, Eric se volvía frío y distante. Nuestra relación cambió, ya nada era como antes.

Quizá fue esto lo que me impulsó a pedir el último deseo. Y bueno, lo admito, también deseaba saber que era lo que mis admiradores pensaban de mí. Por ello, formulé el último deseo, que cambió todo lo anterior, pedí poder leer los pensamientos de la gente. Lo que además de halagarme, me daría ventaja respecto a los demás.

Como era de esperar, se cumplió. A pesar de que yo seguía siendo reticente a que todo fuera gracias al medallón, lo pedí. Emocionada, salí a la calle, dispuesta a escuchar lo que mis amigos y mi novio pensaban de mí. Y bueno, sobra decir todo lo que pude sentir sobre la hipocresía de la gente que me rodeaba. Mi novio ya no me quería. Por lo visto, una de mis supuestas amigas había conquistado su corazón, pero él no se había atrevido a decírmelo aún.

Todo esto me ha hundido en la soledad más absoluta.

Nada de lo que me rodea merece la pena. Toda mi vida ha sido un fraude. Un medallón me la dio, y un medallón ha conseguido que acabe con ella, deseo morir.

Al dejar por escrito esta historia, solo deseo que nadie caiga en la trampa que el medallón conlleva. Por ello te aviso, cuidado con lo que vas a desear.”

Elisabeth terminó de escribir la carta, la firmó, la introdujo junto con el medallón dentro de un sobre sin destinatario, que cerró y dejó sobre su cama.

Después, se oyó el contundente sonido de un disparo y su cuerpo cayó libre por fin.


3 comentarios:

  1. Hola!!
    No sé si sabes kien soy ^.^ espero k te acuerdes de mí jeje Hace mucho que no entraba a blogger y hace unos dos meses volví pero ya no sabía nada de nadie -.- pro bueno he visto tu blog de casualidad y me quedao mira la partii y he venido a decir Hola :)
    Me ha gustado mucho la historia, me recuerda a esas historias que se hacen con la mano de un mono que tiene 5 deseos y por cada deseo se rompe un dedo y cuando se rompen todos la persona de los deseos muere y la mano vuelve a tener dedos jeje Es un poco grima ya sé :P
    Bueno chica, espero k te vaya todo bien :D

    Besotes y cuídate!

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    1. Hola pequeña! Cuánto tiempo de verdad! :D
      Este es un relato para el instituto, que sip, iba relacionado con eso jaja en él debía haber 3 deseos, un objeto mágico y que ya ocurrieran desgracias por esos deseos. Y bueno, este fue el resultado jaja :P
      Que me alegro mucho de volver a saber de tí! He visto lo de tu libro y me alegro muchísimo :)
      Un besito<3

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  2. Pues me da algo de miedito tu insti si manda desgracias para todos tus pobres personajeees T^T pero mola ;)
    ¡Lo has comprado?!!! :O Hay tres nuevas escenas y está todo corregido así que tiene más buena pinta que cuando era blognovela (>.<) Estooy algo nerviosa pork en abril haré mi primera presentación en una librería de barcelona :S no sé como irá todo :P
    Yo también me alegro de saber de tiiii :) Buuuffs esk no encontraba tu dirección de perfil por mi blog pork borré todas las entradas con los comentarios para poder publicar la novela con la editorial, así que no sabía las direcciones de nadie -.-" despiste por mi parte jajjaa
    Seguimos en contacto :)

    Besotes y cuídate!

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